¿Alguna vez has pensado lo importante que es cómo nos hablamos a nosotros mismos, es decir, cómo es nuestro diálogo interno?
El diálogo interior o voz interior, es la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos. Esta conversación que aparece en nuestro día a día en nuestra mente puede ser en forma de imágenes, pensamientos, sensaciones corporales, etc. Es un proceso continuo en nuestras vidas y puede ser consciente o automático. En este último caso, no le prestamos la atención que se merece, no nos damos cuenta de cómo nos afecta y sin embargo, puede tener un impacto significativo en nuestra interpretación del mundo, nuestras emociones, acciones y toma de decisiones.
¿Cómo de importante es el diálogo interior?
El diálogo interior ejerce un papel importante en nuestras vidas, está siempre con nosotros. A menudo hace referencia a nuestras creencias, deseos, miedos, dudas y reflexiones sobre el pasado o el futuro. Así mismo, puede ser un diálogo positivo o negativo, es decir, nuestro aliado o nuestro mayor enemigo.
La forma en la que nos hablamos condiciona lo que nos ocurre, afectando nuestra autoestima y bienestar emocional.
Autocrítica y autoestima.
La autocrítica forma parte de esas voces que tenemos en nuestra cabeza. Nos refleja nuestros errores, defectos y áreas de mejora. Está constantemente evaluando lo que hacemos o dejamos de hacer y en ocasiones puede torturarnos de forma cruel. Sucede dentro de nuestras cabezas y en gran parte es la base de nuestro estado de ánimo. Sin embargo, nos podemos estar criticando todo el tiempo y apenas ser conscientes de ello.
Según como sea esa autocrítica será como nos sintamos con nosotros mismos y tendrá un impacto en nuestras relaciones con otras personas.
Lo curioso de esta voz, es que es un mecanismo humano que trata de protegernos de ser rechazados e intenta asegurar nuestra propia supervivencia. No obstante, la manera de hacerlo dependerá de los mensajes externos que hayamos interiorizado a lo largo de nuestro desarrollo, así como la forma de utilizarla, ya sea a nuestro favor o en nuestra contra.
Tipos de autocrítica
Cuando la autocrítica sana, se denomina autocrítica constructiva y es aquella que nos permite identificar aspectos a mejorar en nosotros mismos, ciertas debilidades que podamos tener o errores que cometemos, sin juzgarnos de manera desagradable haciéndonos sentir mal. Es flexible, amable y comprensiva. Esta nos motiva a mejorar, a aprender de nuestros errores y hacernos responsables de ellos e incluso a desarrollar nuevas habilidades. Además nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a tomar decisiones más coherentes con nuestras necesidades, metas y valores.
En cambio, la autocrítica destructiva es un patrón de pensamientos negativos, rígida, excesivamente crítica, etiquetadora, castigadora, despiadada y que nos juzga constantemente de manera desagradable haciéndonos sentir culpables, avergonzados, angustiados y en general, mal con nosotros mismos. Como consecuencia podemos encontrarnos con problemas de baja autoestima y autoconfianza, nos hace sentir insuficientes, genera estrés, preocupaciones y ansiedad constante por lo que piensen los demás de nosotros. En ocasiones, llega al punto de bloquearnos por miedo al fracaso.
Y te preguntarás… ¿Cómo podemos mejorar nuestro diálogo interior?
La clave para pasar de una autocrítica destructiva a una autocrítica constructiva, es encontrar un equilibrio entre esa crítica interna y la comprensión o compasión hacia nosotros mismos. Para ello, es importante tener una conciencia de nuestros pensamientos, es decir, es importante salir del piloto automático de nuestra mente, donde no somos conscientes de nuestros pensamientos y tratar de hacerlos conscientes de forma progresiva.
Una vez los vayamos haciendo conscientes, es importante tratar de verlos desde una actitud observadora, amable y sin juzgar aquello que aparece. De esta manera podremos redefinir los errores o fracasos como una oportunidad de aprendizaje para crecer y mejorar.
Autocompasión
La autocompasión implica relacionarnos con nosotros mismos con la misma comprensión y amabilidad que ofreceríamos a un ser querido en momentos difíciles.
Esta cualidad, no implica que ignoremos nuestros errores o debilidades, sino tratar de acogerlos con comprensión y aceptación. Al tratarnos de esta manera nos reconocemos como seres humanos, imperfectos y con sus limitaciones. En lugar de juzgarnos, nos damos permiso para ser y estar como realmente somos.
La autocompasión nos ayuda a manejar las situaciones complicadas y estresantes de una manera más calmada, fortalece nuestra autoestima y nos ayuda a relacionarnos de una forma más sana con los demás y con el mundo que nos rodea. Nutre nuestros vínculos y nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos.
Y tú, ¿te has parado a pensar cómo te hablas a ti mismo? Haz una parada consciente y date cuenta de qué pensamientos pasan por tu cabeza, ¿eras consciente de ellos? ¿Qué información te dan de ti?
Si crees que te cuesta identificar tus pensamientos o has notado que estos te perjudican y tu diálogo interno es negativo, no dudes en buscar ayuda profesional. La psicoterapia puede ayudarte a ser más amable contigo mismo, a tratarte como te mereces y a mejorar tu bienestar.
El diálogo interior es una parte fundamental en nuestra salud mental y emocional. Si prestamos atención a la manera en la que nos hablamos y aprendemos a gestionar dichos pensamientos de forma constructiva, podemos potenciar y mejorar nuestra autoconciencia, autoestima y bienestar emocional.