Terapia Psicológica – Qué Es y Cuándo Acudir

17 diciembre 2025 | Psicología clínica

¿En qué consiste una terapia en psicología? ¿Cuáles son sus objetivos? 

Hoy os queremos hablar de una parte de los tratamientos psicológicos más profundo y complejo. Por suerte, hoy en día hay más divulgación que antes sobre qué es una terapia, para qué sirve, cuándo acudir, cómo es un psicólogo/a, la relación con el mismo, etc. De forma superficial, hemos podido por fin acercar un poquito la psicología a las casas y vidas de más gente desde la pandemia.

Sin embargo, todavía nos encontramos explicando a las personas que nos escriben para empezar por primera vez terapia sobre la misma y aclarando dudas (super normales y lógicas) sobre los procesos.

 

A nivel general

De forma superficial, me gusta poner el ejemplo de que una terapia es un proceso, como un aprendizaje o habilidad. Si quieres aprender un idioma o a tocar un instrumento, acudes a clases todas las semanas durante un bloque muy largo de tiempo, ya que sabemos que esas habilidades requieren tiempo, constancia y dedicación. La terapia, es igual en ese sentido, al ser un proceso, requiere de un espacio frecuente y continuado durante bastante tiempo para sentir que hay cambios en nosotros.

Es una oportunidad maravillosa de tener una hora en tu semana bloqueada exclusivamente para ti, para tus inquietudes, tu historia, tus emociones, aprendizajes y necesidades. Es tiempo invertido en ti sin interrupciones.

 ¿Cuándo deberíamos acudir a terapia?

En realidad, actualmente acuden muchas personas en distintos momentos y necesidades diferentes. Sigue siendo frecuente que se comiencen terapias con cierta sintomatología que no cesa con el tiempo: nervios, irritabilidad, tristeza, estrés preocupaciones, conflictos, etc.

Pero por suerte y gracias a la destigmatización, actualmente ya hay muchas personas que también vienen desde un análisis menos sintomatológico: para querer mejorar en ciertos aspectos, gestionarse, entenderse mejor, aprender o dedicarse este tipo de espacios por autocuidado.

Sea como sea, es un buen momento sí estás dispuesto/a. Lo más importante en una terapia psicológica es tu interés en hacerla a lo largo del tiempo.  

 

¿Cuáles son los efectos de una terapia?

Podemos esperar muchas cosas de un proceso terapéutico, pero vamos a hacer un breve resumen. En primer lugar y lo más importante, te vas a poder conocer mejor. Es fundamental saber por qué soy así, por qué me cuesta algo, por qué reacciono así, etc. Si traes cierta sintomatología, es esperable que se reduzca y que sepas cómo relacionarte y reaccionar ante futuros síntomas. Podrás experimentar cambios en ti y en como concibes el mundo. Y una de las partes más maravillosas de una terapia: podrás tener una mejor relación contigo mismo.

 

El papel de psicólogo/a

Todavía sorprende a algunas personas no saber nada de la vida personal de su profesional de referencia. Es extraño al principio, pero la relación con tu psicólogo o psicóloga es muy específica y distinta al resto de relaciones. Él o ella está para ti, para cuidarte y sostener tu parte más vulnerable, sin que lo suyo sea oportuno o relevante para la terapia. Esto no significa que tu psicólogo/a no sea auténtico. Si te hace una broma, te cuenta alguna anécdota o te muestra un poquito de su personalidad, no es impostada. Pero no procede nada más, este es tú espacio y la relación con el terapeuta siempre será desigual (siendo de profesional a paciente).

Esto en parte es incómodo a veces, pero esperamos que también pueda ser sanador. Es depositar toda tu confianza (igual que lo puedes hacer en un experto de medicina u otros profesionales) y saber que estarás totalmente cuidado/a y atendido con cariño.

 

La parte del artículo que es para expertos

Aquí llega la parte difícil, ya que la relación con un psicólogo/a tiene una parte personal, al tratar temas íntimos y ser vulnerables en el espacio de terapia. Desde luego, es distinto a contarle un médico que te duele de la tripa y que te manden una prueba y un tratamiento.

Esto implica que, en terapia, con tu psicólogo/a, vas a tener muchas reacciones, dificultades, incomodidades o inquietudes que tienes en tus relaciones personales. Si, por ejemplo, no te gustan los silencios ¡No podrás evitar llenar toda la sesión de conversación! O, por tratar algo más profundo y difícil: si tienes problemas de confianza o de control, no dejarás de vigilar o controlar al terapeuta, lo que dice, lo que habláis, lo que hacéis, etc.

Esto no es una desventaja para nada. De hecho, tocar esto con tu psicólogo/a es una buena señal. Significa que estás pudiendo hacer una terapia realmente profunda, no sólo basada en complacer y ser “un buen alumno/a”. El espacio de terapia se volverá entonces, el lugar más idóneo para poder experimentar cambios en tu forma de relacionarte con los demás y el mundo, junto con tu terapeuta.

Y por eso, aprovechamos aquí también para contaros que, los psicólogos/as somos personas, con nuestras emociones, preocupaciones y necesidades. Por supuesto, contigo siempre pondremos por delante el vínculo y nuestra labor profesional, pero eso no quiere decir que no esperemos un trato bueno, considerado y respetuoso con nosotros/as y nuestro trabajo. Últimamente en redes sociales se habla más sobre este tema y es que, es más frecuente de lo que nos gustaría que se haga ghosting al terapeuta, se le deje tirado, se incumplan normas del centro, etc. El espacio de terapia es un lugar de cuidado para ti, pero no de trato malo para el profesional, que está poniendo todo su cariño y atención en ti y tu proceso de terapia. 

Alta terapéutica

El alta se da por muchos motivos, aquí os queremos contar unos pocos. El primero y el más obvio es por una mejoría y una falta de necesidad de la terapia. Esto es bueno y natural que llegue a ocurrir. Aunque las terapias sean procesos muy largos, también es sano poder soltar este espacio y probar a estar uno solo/a sin este acompañamiento después de largo tiempo de terapia. Por otro lado, a veces se dan altas de forma acordada por falta de tiempo, falta de interés (no se prioriza el espacio terapéutico) o cierre de etapa (se han mirado y trabajado muchas cosas y por el momento no se quiere/puede profundizar más).

Aquí siempre te animaremos a realizar una sesión de cierre cuando se acabe la terapia o la etapa de terapia, ya que es muy útil para poder aterrizar todo lo que ha ocurrido en el proceso, los avances y cosas que no se han mirado o puedes necesitar tener presentes ahora que vas a estar sin terapia y sobre todo… ¡Despedirte de tu terapeuta! Ya te decíamos antes que es una persona de carne y hueso y os sentará genial hacer ese cierre cariñoso y coherente.